Cristo: La oportunidad de escapar de la condenación
La Biblia bien enseña, que Dios es vida, y todo lo que hizo es pura vida, aun las cosas que parecen inertes en la dimension fisica: rayos, la tierra, piedras, tormetas , las estrellas, la creacion en si misma tiene un pulso , un espiritu que lo sostiene y que obedecen al sonido de su voz, por ello mismo tambien se nos revela :
....Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Él todos viven.”Lucas 20:37-38
“Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra.”Salmo 104:29-30
Sin embargo desde la legalidad de Adan al permitir que entrara el pecado a la humanidad, esta escrito que la muerte fisica y espiritual entro en la humanidad y en la creación:
Romanos 5:12“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Romanos 6:23A:“Porque la paga del pecado es muerte..."
Así que, aunque Dios es vida y todo lo que existe subsiste por Él, la entrada del pecado a través de Adán nos colocó bajo una realidad distinta: la muerte se convirtió en herencia para todos. Desde entonces, la creación gime y el ser humano camina con una sentencia sobre sí. Y es precisamente en este contraste : la vida que procede de Dios y la muerte que heredamos del pecado, donde se revela el propósito de nuestra existencia en la tierra: un tiempo breve, pero decisivo, en el que podemos volver a la fuente de la vida.
Ahora bien, durante nuestra estancia en la tierra, muchos comenzamos sin conocer el evangelio; algunos vivimos luchando por entender la realidad, mientras otros nos dejamos arrastrar por distracciones y afanes. Pero, en medio de todo esto, lo verdaderamente importante es la condición de nuestra alma.
La Biblia enseña que, a causa de Adán, todos nacemos bajo una sentencia: venimos al mundo ya condenados, porque por él entró el pecado y con el pecado la muerte. Sin embargo, Dios en su misericordia no permitió que el hombre comiera del árbol de la vida eterna en ese estado de corrupción, pues habría significado una condenación perpetua. Por eso estableció un tiempo finito en la tierra: un espacio limitado donde cada ser humano pudiera recibir restauración.
De esta manera, la vida terrenal se convierte en una oportunidad, corta pero decisiva. Aquí, en este tiempo pasajero, cada uno toma sus decisiones; y al llegar luego a la esfera del mundo espiritual (donde todo es eterno) la condición de nuestra alma ya estará definida: o restaurada para vivir plenamente la vida eterna en Dios, o separada de Él para siempre.
Génesis 3:22-24“Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal. Ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”
Es por ello que se nos revela que, en realidad, todos merecíamos condenación. Un ejemplo ilustrativo es el de Satanás: cuando cayó, no recibió una segunda oportunidad. Los ángeles fueron testigos de que la justicia de Dios debía cumplirse sin excepción. Así también, por causa del pecado, la humanidad comenzó separada de Dios, bajo sentencia de muerte.
Pero a diferencia de Satanás, Dios en su misericordia protegió al hombre dándole un espacio en una dimensión finita: el tiempo en la tierra. Allí tenemos la oportunidad de volver a Él, de escuchar su voz y ser restaurados. Todos contamos con ese lapso, que puede ser de 10, 20, 40, 70 u 80 años (solo Dios lo sabe), pero durante ese trayecto, Él busca llamarnos la atención. Se revela, habla, envía a sus siervos, y aun más, entregó a su propio Hijo.
Al final, la decisión es personal. Más allá de lo que hizo Adán, cada uno debe responder si recibe a Dios o si prefiere vivir separado de Él, como lo decidió Satanás. De allí la enseñanza de la parábola:
Mateo 21:33-39 (resumen)
“Hubo un hombre, padre de familia, que plantó una viña, la acercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.
Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió a sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.
Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.
Envió de nuevo otros siervos, y los trataron de la misma manera.
Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.
Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad.
Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.”
Los siervos son los hombres de Dios, que escribieron la biblia, los pastores de tu localidad, las personas que te hablan de Dios, y aun el Padre, envia a su hijo (Cristo) por nosotros, esperanzado de que no hay manera que le rechazemos, y aun asi, lo hacemos, muchos han sido visitados por Cristo a traves de muchas maneras, pero no le recibe; si quizas, algunos diran, porque debo llevar el pecado de Adán si yo no hize nada, pero que podemos decir cuando Dios coloco todo tan sencillo, y nos demuestre que todo este tiempo, los años que hayan pasado, fue El quien nos busco, pero nosotros le rechazamos:
Romanos 10:8-10“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
Es tan sencillo ahora, que ya no tienes que pagar con muerte, ni sacrificios de animales, o cualquier otro metodo que tu puedas pensar para ganarte la salvación, solo cuestion de recibir por fe la obra del Padre por medio de Cristo, de creer en el corazon y declararlo , como si la boca fuera un firma , y todo esto seria guardado como memoria que será de testimonio cuando estemos delante de Dios y de los angeles:
Lucas 12:8-9 lo dice así:“Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.”
Si una persona continúa su vida sin recibir la gracia de Dios, su alma (que ya de por sí está bajo sentencia) al morir, ya sea en el tiempo señalado por Dios o de forma prematura, no podrá estar con Él. Esa decisión tiene consecuencias eternas; ya no se trata de un tiempo finito como en la tierra, sino de una realidad permanente en el mundo espiritual.
La Escritura enseña que el infierno es un lugar de castigo preparado para Satanás, los ángeles caídos y los demonios; no fue diseñado para el hombre. Sin embargo, la justicia de Dios no puede ser anulada. Así como los ángeles que se alinearon con Satanás recibieron condena, de manera similar será replicado el juicio para quienes en esta vida rechazaron a Dios. En ese momento no habrá forma de justificarse, pues no somos más sabios que Él: todo señalará a nuestras propias decisiones.
Quizás no lo notamos, pero siempre estamos decidiendo. A lo largo de la vida Dios nos da muchas oportunidades, pero a menudo el afán nos gana; las amistades nos desvían; fijamos la mirada en las circunstancias, en la tristeza, en la guerra, en lo duro de la vida; endurecemos el corazón y seguimos el flujo del mundo con sus placeres. Y cuando el tiempo se acaba, muchos descubren demasiado tarde que han quedado bajo el dominio de Satanás, sin posibilidad de escapar.
Job 36:5-12 (resumen parafraseando:)
“…para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios…” (Hechos 26:18).
No hay terreno neutral: o se está con Cristo, o se está del otro lado:
“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” (Mateo 12:30).
Ezequiel 18:23“¿Acaso quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?”
Ezequiel 18:32“Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.”
Ezequiel 33:11“Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva.”
Dios es paciente y lleno de amor, siempre dándonos nuevas oportunidades. Sin embargo, somos nosotros quienes tergiversamos Su imagen, porque olvidamos que más que nuestro amigo o Padre, Él es Señor y Juez, cuya justicia no puede ser ignorada ni abolida.
Por eso, recordar quién es Dios en toda Su plenitud nos lleva a reverencia, a gratitud y a un temor santo. A no abusar de Su paciencia, sino a vivir de manera que honremos tanto Su misericordia como Su justicia
Apocalipsis 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”